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Una historia de la presencia activa del cristianismo ortodoxo en la península Ibérica está por hacerse; se hará, sin duda, en su momento y con la debida documentación y recogida de los testimonios, orales y escritos, de los actores principales. Aquí sólo pretendo ofrecer, desde mis limitados conocimientos, un breve resumen de lo que esa historia podrá ser una vez la labor historiográfica la materialice.
'''Los comienzos'''
Por algunos datos encontrados en Internet, las primeras localidades que acogieron a grupos más o menos numerosos de cristianos ortodoxos serían, obviamente, dada su importancia, Madrid y Barcelona. Y las fechas habría que situarlas a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Entre 1895 y 1917, llegarían a España personas de nacionalidades griega y rusa, trayendo consigo su fe ortodoxa, los primeros a causa –sobre todo- de las actividades comerciales (caso de la Ciudad Condal –Barcelona-) y los segundos a raíz de los sucesos en Rusia de la Revolución de Octubre.
A estos datos podemos añadir un dato curioso. Recientemente mi dedicación a la genealogía me puso al tanto de la existencia prolongada de una relevante comunidad de comerciantes griegos establecidos en Menorca en los siglos XVIII y XIX que, durante estos siglos, conservó su Ortodoxia en varias generaciones y ramas de sus familias. Esta comunidad mantuvo una parroquia en la actual iglesia de la Concepción de Mahón, que cumplía los cometidos religiosos parroquiales para esta importante comunidad que terminó enraizando en la isla y cuya descendencia se extiende en la actualidad por España. Para aquellos que pudieran estar detrás de sus orígenes familiares, los registros y documentos referentes a esta parroquia ortodoxa se conservan en la Iglesia mencionada o, bien, en las dependencias del Archivo Histórico de esta diócesis católica.
'''La estabilidad'''
Dejando de lado estos primeros apuntes de los inicios, podemos decir que no es hasta mediados del siglo pasado cuando se cuenta en España con una iglesia ortodoxa que ha mantenido su existencia hasta la actualidad e incrementado su importancia. Se trata de la parroquia de la Iglesia Ortodoxa Griega (IOG) de Madrid, constituida en el año 1949 y dedicada a los Santos Andrés y Demetrio. El templo, de estilo bizantino, fue consagrado el 3 de junio de 1973 y, en la actualidad, tiene el estatus de catedral. Desde hace bastantes décadas su rectoría cae bajo la responsabilidad del arcipreste Dimitris Tsiamparlis y, posteriormente, se ha añadido la labor del padre Rogelio Sáez.
'''El auge'''
Con los acontecimientos políticos que contribuyeron a la desaparición de los Estados comunistas en los países del Este Europeo y las dificultades subsiguientes de índole político y social y, especialmente, económicas, el número de fieles cristianos ortodoxos en la península Ibérica no ha hecho sino aumentar en proporción considerable debido al fenómeno de la inmigración. Según cálculos que he realizado a partir de datos recabados de algunos Ministerios y de otras fuentes, puede que el número de personas de fe cristiana ortodoxa en España supere en la actualidad la cifra de 300.000, sin contar datos de Portugal (el padre Alexandre Bonito, para el año 2001, en este segundo país, los estimaba en más de 125.000). Ello ha contribuido a que otras Iglesias Ortodoxas nacionales se hayan establecido en España y en Portugal.
'''Una ortodoxia hispana'''
Con este epígrafe no quiero dar a entender que las Iglesias Ortodoxas hermanas hasta ahora mencionadas y, lo que es más importante, sus miembros no puedan considerarse –más en el caso de la IOG de tan dilatada presencia en España- Iglesias hispanas (españolas o portuguesas). Antes al contrario, aunque la mayoría de sus fieles sean personas inmigrantes, su contribución de todo tipo a España y Portugal ya los convierte en unos conciudadanos más, merecedores de los mismos derechos que los demás ciudadanos. Muchos, además, habrán conseguido ya las nacionalidades respectivas y sus hijos y nietos estarán plenamente integrados –sin rechazo de sus orígenes y tradiciones- en las sociedades y comunidades de acogida.
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